Slayer - Divine Intervention

Slayer constituyen (bueno, a día de hoy exactamente ya no, hablo del legado que dejaron en el pasado) un punto de referencia para eso del metal extremo, ¿de eso no hay dudas no?. Digamos que entran en ese escalón de grupos que sin quererlo se convirtieron en gigantes pulpos que mancharon con sus tentáculos todo lo que se les venía por delante. En tal selecto grupo podemos incluir por ejemplo también a Black Sabbath o los Melvins, en cuanto a nivel de influencia.

 Cuando estos jinetes del apocalipsis irrumpieron allá por los 80, su forma agresiva de abordar la música, y sobre todo por la velocidad que le imprimieron, envueltos en un halo de imaginería satánica (nada grave, que estamos en California, amigo,  no en Noruega, así que tómalo como una película de terror) hizo que muchas cosas cambiasen en la forma de entender este tipo de música y que tuvo en la pocilga del thrash una nueva cuna para que los grupos de aquella ejercieran de nuevos alquimistas reciclando las influencias para crear nuevos sonidos. En ésa cocktelera tendrían cabida bandas como Venom, Motorhead o el inevitable apogeo del  hardcore-punk americano. Vamos, la evolución natural de esas bandas. Todo tiende a endurecerse y ensuciarse a cada paso.
Por lo tanto, Slayer es considerado como un grupo clave en el thrash, siendo empaquetado como uno de los 4 grandes junto a Metallica, Anthrax y Megadeth.

Pero el caso es que la influencia de Slayer no se quedó ahí, sino que también fué una diabólica referencia para nacimiento del death metal de finales de los 80 y toda clase variantes metaleras donde predominase la blasfemia y la velocidad. Así también como para el nuevo hardcore metalizado de los 90. En grupos de distinto palo puedes encontrar muchos detalles "slayerianos". Ahora mismo que me venga así a la cabeza, podría ser ésto.

Y todo eso debido, como dije, a las velocidad y precisión de su batería Dave Lombardo, a la agresividad "riffera" de Kerry King y Jeff Hanneman, siendo el primero casi como el cabeza visible (nunca mejor dicho) de la banda por su puesta en escena y parafernalia, y debido a las influencias hardcore del segundo (el arquitecto en la sombra) que forjaron un estilo propio en la ejecución de guitarra, con una velocidad y una ejecución milimétrica  y sobre todo, oscura. Y también mención a los solos, esos solos atonales y caóticos , y que se han convertido ya en marca de la casa.  Creo que todo eso sobresale con respecto a las vocales de Tom Araya, que aunque siempre cumple su cometido para aullar las algunas veces controvertidos letras de la banda, tampoco es que sea un alarde especial de virtud que destacar. Ni falta que hace, supongo.

Pero vienen los 90 , y como ya habré dicho anteriormente, no será la mejor década para el metal, debido al auge de otras tendencias. Y Slayer no será una excepción. Sacaron 3 discos durante los 90, y muchos lo verán como una clara involución (y quizás así sea, hasta nuestros días), que abarca desde Season in the Abyss, pasando por Divine Intervention hasta Diabolus in Musica. Pero mientras Season in the Abyss aún se le puede empaquetar como el último disco de su época dorada, aún habiendo perdido esa velocidad inicial, es con Divine Intervention donde  se marca el sonido "nineties" de Slayer (si es que existe algo así) y que tanto me empeño en enfatizar en este blog. Uno de los cambios más significativos comenzó por el reemplazo a la batería de Paul Bostaph (proveniente de Testament) y recomendado por el propio Lombardo. La verdad, siempre me gustó este batera,ya que en realidad no creo que tuviese que envidiar mucho a su antecesor, aunque suene a blasfemia, pero en ello estamos. A mi parecer hizo un trabajo más que competente, aunque el hijo pródigo volvería años más tarde para retomar la formación original de Slayer.

En conclusión, Divine Intervention no será uno de los trabajos más memorables de Slayer ni mucho menos (Slayer tuvieron su momento, donde dieron sus lecciones y esparcieron sus semillas, y eso fué a finales de los 80 con esos discos que no hace falta nombrar. Y punto), pero creo que con pepinazos crudos como Dittohead o Sex.Murder.Art o los novedosos ramalazos melódicos sui-generis de Araya en Serenity in Murder lo hacen un disco sumamente disfrutable. Como dije antes, un disco por lo general crudo, áspero, y retorcido, con los ingredientes necesarios, y con groove. No son los Slayer más rápidos de los 80 pero tampoco los lisiados de Diabolus in Musica. Un balance interesante.

En fin, que también influye que fué el primer material con el que me topé de ellos, junto con Undisputted Attitude y le coges ese cariño especial. Pero no sólo por eso merece estar aquí, sino por lo expuesto antes. Por lo tanto, si aún sigues en tus cabales, mejor vete a desempolvar Reign in Blood, o algo así, que yo ya chocheo.





Album : Divine Intervention
Año : 1994
Tracklist :
01 - Killing Fields
02 - Sex.Murder.Art
03 - Fictional Reality
04 - Dittohead
05 - Divine Intervention
06 - Circle of Beliefs
07 - SS-3
08 - Serenity in Murder
09 - 213
10 - Mind Control











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